Ciudad
del Vaticano, 8 mayo 2013 (VIS).- "Los hombres y mujeres de
Iglesia que son arribistas, escaladores, que "usan" el
pueblo, la Iglesia, los hermanos y hermanas - a los que deberían
servir- como trampolín para sus propios intereses y ambiciones
personales, hacen un daño grande a la Iglesia". Esto es lo que
afirmó el Papa Francisco en su discurso a las participantes en la
Asamblea General de la Unión Internacional de Superioras Generales,
recibidas en audiencia esta mañana.
El
Pontífice habló a las religiosas de obediencia, pobreza y castidad:
"Obediencia como escucha de la voluntad de Dios, en la moción
interior del Espíritu Santo refrendada por la Iglesia, aceptando que
la obediencia pase también a través de la mediación humana".
Pobreza que "enseña la solidaridad, el compartir y la caridad,
y que también se expresa en una sobriedad y alegría de lo esencial,
que pone en guardia ante los ídolos materiales que ofuscan el
autentico sentido de la vida. Pobreza que se aprende con los
humildes, los pobres, los enfermos y todos los que están en los
suburbios existenciales de la vida. La pobreza teórica no nos sirve.
La pobreza se aprende tocando la carne de Cristo pobre, en los
humildes, los pobres, los enfermos, los niños."
"Y
después, la castidad como carisma precioso, que ensancha la libertad
del don a Dios y a los demás, con la ternura, la misericordia, la
cercanía de Cristo. La castidad por el Reino de los Cielos muestra
cómo la afectividad tiene su lugar en la libertad madura y se
convierte en un signo del mundo futuro, para hacer resplandecer
siempre el primado de Dios. Pero por favor, una castidad "fecunda",
una castidad que genera hijos espirituales en la Iglesia. La
consagrada es madre, debe ser madre ¡y no una "solterona"!
Disculpadme si hablo así, pero es importante esta maternidad de la
vida consagrada, ¡esta fecundidad! Esta alegría de la fecundidad
espiritual anime vuestra existencia, sed madres, como figura de María
Madre y de la Iglesia Madre. No se puede entender a María sin su
maternidad, no se puede entender a la Iglesia sin su maternidad y
vosotras sois iconos de María y de la Iglesia."
A
continuación el Papa Francisco habló a las superioras de servicio.
"No debemos olvidar nunca que el verdadero poder, a cualquier
nivel, es el servicio, que tiene su vértice luminoso en la Cruz.
"Sabéis que los que gobiernan las naciones las oprimen ... No
tiene que ser así entre vosotros, -precisamente este es lema de
vuestra asamblea, ¿no? 'No tiene que ser así entre vosotros'-, al
contrario: quien entre vosotros quiera llegar a ser grande, que sea
vuestro servidor; y quien entre vosotros quiera ser el primero, que
sea vuestro esclavo". Pensemos en el daño que causan al pueblo
de Dios los hombres y las mujeres de la Iglesia que son arribistas,
escaladores, los que "utilizan" el pueblo, la Iglesia, los
hermanos y hermanas -a los que deberían servir- como trampolín para
sus propios intereses y las ambiciones personales. Pero éstos hacen
un gran daño a la Iglesia."
"Vuestra
vocación es un carisma fundamental para el camino de la Iglesia, y
no es posible que una consagrada y un consagrado no "sientan"
con la Iglesia. Un "sentir" con la Iglesia, que nos ha
generado en el bautismo, un "sentir" con la Iglesia que
encuentra su expresión filial en la fidelidad al Magisterio, en la
comunión con los Pastores y el Sucesor de Pedro, Obispo de Roma,
signo visible de la unidad", añadió el pontífice que citó a
Pablo VI: 'Es una dicotomía absurda pensar en vivir con Jesús sin
la Iglesia, seguir a Jesús fuera de la Iglesia, amar a Jesús sin
amar a la Iglesia'. "Sentid la responsabilidad que tenéis de
cuidar la formación de vuestros Institutos en la sana doctrina de la
Iglesia, en el amor a la Iglesia y en el espíritu eclesial".
"Centralidad
de Cristo y de su Evangelio, autoridad como servicio de amor,
"sentir" en y con la Madre Iglesia: tres indicaciones que
quisiera dejaros, a las que uno, una vez más mi gratitud por vuestro
trabajo no siempre fácil. ¿Qué sería la Iglesia sin vosotras? ¡Le
faltaría maternidad, afecto, ternura! Intuición de Madre",
dijo por último el Papa.
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