Transcribimos
la carta del Romano Pontífice Francisco, fechada el 16 de marzo.
"Querido
Padre Nicolás:
"Con sumo gozo, he recibido la
amable carta que, con ocasión de mi elección a la Sede de San
Pedro, ha tenido a bien enviarme, en nombre propio y de la Compañía
de Jesús, y en la que me participa su oración por mi Persona y
ministerio apostólico, así como su plena disposición para seguir
sirviendo incondicionalmente a la Iglesia y al Vicario de Cristo,
según el precepto de San Ignacio de Loyola.
"Le
agradezco cordialmente esta muestra de aprecio y cercanía, a la que
correspondo complacido, pidiendo al Señor que ilumine y acompañe a
todos los Jesuitas, de modo que, fieles al carisma recibido y tras
las huellas de los santos de nuestra amada Orden, puedan ser con la
acción pastoral, pero sobre todo, con el testimonio de una vida
enteramente entregada al servicio de la Iglesia, Esposa de Cristo,
fermento evangélico en el mundo, buscando infatigablemente la gloria
de Dios y el bien de las almas.
"Con
estos sentimientos, ruego a todos los Jesuitas que recen por mí y me
encomienden a la amorosa protección de la Virgen María, nuestra
Madre del cielo, a la vez que, como prenda de abundantes favores
divinos, les imparto con particular afecto la Bendición
Apostólica, que hago extensiva a todas aquellas personas que
cooperan con la Compañía de Jesús en sus actividades, se
benefician de sus obras de bien y participan de su espiritualidad.
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