Ciudad
del Vaticano, 16 mayo 2012
(VIS).- “El trabajo no debería suponer un obstáculo para la
familia, sino que más bien ha de sostenerla y unirla”. Así lo ha
afirmado Benedicto XVI en un llamamiento que ha realizado al final de
la audiencia general de hoy.
Tras
recordar que ayer se celebró la Jornada Internacional de las
Familias, que la ONU ha dedicado este año a la relación entre
familia y trabajo, el Papa ha señalado que el trabajo debe favorecer
a la familia, “ayudarla a abrirse a la vida y a entrar en relación
con la sociedad y con la Iglesia”. Asimismo, el Pontífice ha
expresado su deseo de que el domingo, “día del Señor y Pascua de
la semana, sea un día de reposo y una ocasión para reforzar los
lazos familiares”.
Por
otra parte, durante los tradicionales saludos en diversos idiomas a
los más de 11.000 peregrinos reunidos en la plaza de San Pedro,
Benedicto XVI subrayó que mañana se celebrará la solemnidad de la
Ascensión del Señor. Esta festividad “nos invita a mirar a Jesús
que, subiendo al Cielo, confía a los apóstoles el mandato de llevar
su mensaje de salvación a todo el mundo (…). El Señor ha
preparado un sitio para cada uno de nosotros y nos espera. Que
nuestros pensamientos y nuestras obras estén dirigidos hacia la
patria celeste”.
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