CIUDAD DEL VATICANO, 25 JUN 2011 (VIS).-Benedicto XVI recibió esta mañana a dos mil miembros de la Asociación de los Santos Pedro y Pablo que celebran el 40 aniversario de esa institución.
La asociación nació por voluntad de Pablo VI, que en 1970 disolvió los Cuerpos armados pontificios, entre ellos la Guardia Palatina de Honor, creada por Pío IX en 1850 para agrupar, en la Casa del Papa, a diversos representantes de los fieles romanos deseosos de manifestar a la Sede Apostólica su fidelidad incondicional. Los pertenecientes al cuerpo militar fueron llamados a entrar a formar parte de un nuevo organismo, la Asociación de los Santos Pedro y Pablo, cuyo estatuto aprobó Pablo VI en 1971.
Los miembros de la Asociación, articulada en las secciones de Liturgia, Cultural, Caritativa, y una secretaría general, se dedican a diversas iniciativas de voluntariado organizado con la intención de dar testimonio de vida cristiana, apostolado y fidelidad a la Sede Apostólica.
En su discurso, el Santo Padre les dio las gracias por la labor caritativa que desempeñan, en unión con las Hijas de la Caridad, y por su colaboración en el buen orden de las celebraciones desarrolladas en el Vaticano. “Esas tareas -dijo- requieren una motivación profunda, que hay que renovar siempre gracias a una intensa vida espiritual. Para ayudar a los demás a rezar hay que tener el corazón siempre dirigido a Dios; para recordarles el respeto de los lugares y las cosas santas, es necesario tener dentro de sí el sentido cristiano de lo sagrado; para ayudar al prójimo con amor verdadero cristiano, debemos tener un ánimo humilde y una perspectiva de fe. Vuestra actitud, a menudo sin palabras, constituye una indicación, un ejemplo, una llamada y como tal tiene valor educativo”.
Benedicto XVI confió la Asociación a la Virgen María que venera bajo la advocación de “Virgo Fidelis”. “Hoy más que nunca es necesaria la fidelidad”, observó el Papa. “Vivimos en una sociedad que ha perdido este valor. Se ensalza la propensión al cambio, la “movilidad”, la “flexibilidad”, por motivos económicos y organizativos que pueden ser legítimos. Pero la calidad de una relación humana se juzga por la fidelidad. ¡La Sagrada Escritura nos enseña que Dios es fiel!”.
El pontífice concluyó agradeciendo a los miembros de la asociación la casulla que le han regalado con motivo del 60 aniversario de su ordenación sacerdotal. “Me recuerda -concluyó- que soy siempre y antes que nada sacerdote de Cristo”.
AP/ VIS 20110627 (410)
La asociación nació por voluntad de Pablo VI, que en 1970 disolvió los Cuerpos armados pontificios, entre ellos la Guardia Palatina de Honor, creada por Pío IX en 1850 para agrupar, en la Casa del Papa, a diversos representantes de los fieles romanos deseosos de manifestar a la Sede Apostólica su fidelidad incondicional. Los pertenecientes al cuerpo militar fueron llamados a entrar a formar parte de un nuevo organismo, la Asociación de los Santos Pedro y Pablo, cuyo estatuto aprobó Pablo VI en 1971.
Los miembros de la Asociación, articulada en las secciones de Liturgia, Cultural, Caritativa, y una secretaría general, se dedican a diversas iniciativas de voluntariado organizado con la intención de dar testimonio de vida cristiana, apostolado y fidelidad a la Sede Apostólica.
En su discurso, el Santo Padre les dio las gracias por la labor caritativa que desempeñan, en unión con las Hijas de la Caridad, y por su colaboración en el buen orden de las celebraciones desarrolladas en el Vaticano. “Esas tareas -dijo- requieren una motivación profunda, que hay que renovar siempre gracias a una intensa vida espiritual. Para ayudar a los demás a rezar hay que tener el corazón siempre dirigido a Dios; para recordarles el respeto de los lugares y las cosas santas, es necesario tener dentro de sí el sentido cristiano de lo sagrado; para ayudar al prójimo con amor verdadero cristiano, debemos tener un ánimo humilde y una perspectiva de fe. Vuestra actitud, a menudo sin palabras, constituye una indicación, un ejemplo, una llamada y como tal tiene valor educativo”.
Benedicto XVI confió la Asociación a la Virgen María que venera bajo la advocación de “Virgo Fidelis”. “Hoy más que nunca es necesaria la fidelidad”, observó el Papa. “Vivimos en una sociedad que ha perdido este valor. Se ensalza la propensión al cambio, la “movilidad”, la “flexibilidad”, por motivos económicos y organizativos que pueden ser legítimos. Pero la calidad de una relación humana se juzga por la fidelidad. ¡La Sagrada Escritura nos enseña que Dios es fiel!”.
El pontífice concluyó agradeciendo a los miembros de la asociación la casulla que le han regalado con motivo del 60 aniversario de su ordenación sacerdotal. “Me recuerda -concluyó- que soy siempre y antes que nada sacerdote de Cristo”.
AP/ VIS 20110627 (410)
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