CIUDAD DEL VATICANO, 3 FEB 2011 (VIS).-Esta mañana, en la Oficina de Prensa de la Santa Sede, se presentó el Mensaje de Benedicto XVI para la XIX Jornada Mundial del Enfermo, que se celebra el 11 de febrero y el Seminario “Asociacionismo sanitario católico y cultura de la vida”, que tendrá lugar el 5 de febrero en el Auditorio San Pío X, con motivo de la clausura del 25 aniversario de la fundación del Pontificio Consejo para los Agentes Sanitarios (Pastoral de la Salud).
Intervinieron en la rueda de prensa el arzobispo Zygmunt Zimowski, presidente del Pontificio Consejo para los Agentes Sanitarios (Pastoral de la Salud), el obispo José Luis Redrado Marchite, y monseñor Jean-Marie Mpendawatu Mate Musivi, respectivamente secretario y subsecretario de ese dicasterio y Rosa Merola, consultora del mismo organismo y psicóloga en el Instituto Penitenciario de Rebibbia, Roma.
El arzobispo Zimowski dijo que el mensaje de Benedicto XVI -publicado el pasado 18 de diciembre- anima a reflexionar “sobre el misterio del sufrimiento humano a la luz de la fe cristiana. Al mismo tiempo, promueve una mayor sensibilidad, en las comunidades cristianas y en la sociedad civil, hacia nuestros hermanos y hermanas que viven en condiciones de sufrimiento y enfermedad, para que a nadie se le deje solo y sin un tratamiento adecuado”.
“En esta perspectiva –continuó-, el Papa pone de relieve tres premisas básicas para lograr una verdadera renovación en el cuidado de la salud, partiendo de las poblaciones más vulnerables en todo el mundo. La primera se refiere a la centralidad de la persona humana, a la que hay que atender y curar, sobre todo si se halla en una situación de sufrimiento, de marginación. (…) En segundo lugar, es necesaria una auténtica humanización en el ámbito sanitario. (…) La tercera premisa concierne al compromiso de las Iglesias particulares. El Papa invita a las distintas diócesis de todo el mundo, a que con motivo de la Jornada Mundial del Enfermo, se esfuercen para que el cuidado de las personas que sufren y que están enfermas mejore y sea más eficaz”.
El presidente del dicasterio señaló que en su mensaje de este año, el Santo Padre “invita también a hacer una seria reflexión sobre algunas cuestiones fundamentales, a partir del “misterio del sufrimiento” Esto es necesario para reconocer la fuente de la luz, de la esperanza, y encontrar la fuerza para vivir las condiciones de sufrimiento, y, por otra parte, para reconocer las razones y las formas con que todos estamos llamados a cuidar de la gente enferma y/o afligida”.
“El estado de sufrimiento y la Jornada Mundial del Enfermo –subraya Benedicto XVI en su mensaje-, no se limita solo a los ancianos; está dirigido a los jóvenes, especialmente a los enfermos, pero también a los que gozan de buena salud, para construir puentes de amor y solidaridad, a partir de la Eucaristía”, donde Jesucristo “se nos entrega por amor para hacernos partícipes de su propia vida. Al mismo tiempo, para reconocer y servir su presencia en el rostro y en la condición del prójimo pobre, afligido, débil”.
El mensaje termina “con un llamamiento apremiante a todos, y especialmente a aquellos que más directamente y con diferentes responsabilidades -y entre ellos los voluntarios a los que está dedicado el Año Europeo recientemente inaugurado- comprometidos en el mundo la salud y en el cuidado de los enfermos y los que sufren”.
OP/ VIS 20110203 (570)
Intervinieron en la rueda de prensa el arzobispo Zygmunt Zimowski, presidente del Pontificio Consejo para los Agentes Sanitarios (Pastoral de la Salud), el obispo José Luis Redrado Marchite, y monseñor Jean-Marie Mpendawatu Mate Musivi, respectivamente secretario y subsecretario de ese dicasterio y Rosa Merola, consultora del mismo organismo y psicóloga en el Instituto Penitenciario de Rebibbia, Roma.
El arzobispo Zimowski dijo que el mensaje de Benedicto XVI -publicado el pasado 18 de diciembre- anima a reflexionar “sobre el misterio del sufrimiento humano a la luz de la fe cristiana. Al mismo tiempo, promueve una mayor sensibilidad, en las comunidades cristianas y en la sociedad civil, hacia nuestros hermanos y hermanas que viven en condiciones de sufrimiento y enfermedad, para que a nadie se le deje solo y sin un tratamiento adecuado”.
“En esta perspectiva –continuó-, el Papa pone de relieve tres premisas básicas para lograr una verdadera renovación en el cuidado de la salud, partiendo de las poblaciones más vulnerables en todo el mundo. La primera se refiere a la centralidad de la persona humana, a la que hay que atender y curar, sobre todo si se halla en una situación de sufrimiento, de marginación. (…) En segundo lugar, es necesaria una auténtica humanización en el ámbito sanitario. (…) La tercera premisa concierne al compromiso de las Iglesias particulares. El Papa invita a las distintas diócesis de todo el mundo, a que con motivo de la Jornada Mundial del Enfermo, se esfuercen para que el cuidado de las personas que sufren y que están enfermas mejore y sea más eficaz”.
El presidente del dicasterio señaló que en su mensaje de este año, el Santo Padre “invita también a hacer una seria reflexión sobre algunas cuestiones fundamentales, a partir del “misterio del sufrimiento” Esto es necesario para reconocer la fuente de la luz, de la esperanza, y encontrar la fuerza para vivir las condiciones de sufrimiento, y, por otra parte, para reconocer las razones y las formas con que todos estamos llamados a cuidar de la gente enferma y/o afligida”.
“El estado de sufrimiento y la Jornada Mundial del Enfermo –subraya Benedicto XVI en su mensaje-, no se limita solo a los ancianos; está dirigido a los jóvenes, especialmente a los enfermos, pero también a los que gozan de buena salud, para construir puentes de amor y solidaridad, a partir de la Eucaristía”, donde Jesucristo “se nos entrega por amor para hacernos partícipes de su propia vida. Al mismo tiempo, para reconocer y servir su presencia en el rostro y en la condición del prójimo pobre, afligido, débil”.
El mensaje termina “con un llamamiento apremiante a todos, y especialmente a aquellos que más directamente y con diferentes responsabilidades -y entre ellos los voluntarios a los que está dedicado el Año Europeo recientemente inaugurado- comprometidos en el mundo la salud y en el cuidado de los enfermos y los que sufren”.
OP/ VIS 20110203 (570)
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