CIUDAD DEL VATICANO, 1 DIC 2010 (VIS).-Hoy se hizo público el discurso del cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado, en la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de los 56 países miembros de la Organización para la Seguridad y la Cooperación Europea (OSCE), que se desarrolla en Astana (Kazakhstan) el 1 y 2 de diciembre.
El cardenal Bertone afirmó que “la Santa Sede no deja de reiterar que el objetivo de los Estados debe ser la protección y el respeto de la dignidad humana que une a toda la familia humana, una unidad enraizada en los cuatro principios fundamentales de la centralidad de la persona humana, la solidaridad, la subsidiariedad y el bien común. Estos principios –dijo- están relacionados con el concepto amplio de la seguridad, que es la base de nuestra organización y son un recordatorio constante del que debe ocuparse la comunidad política”.
“La CSCE y la OSCE han tenido siempre al orden del día la promoción y protección de los derechos humanos -observó el purpurado y agregó que “entre las libertades fundamentales se encuentra el derecho a la libertad religiosa. (...) Los hechos de estos últimos años y los progresos en la redacción de diversos textos emanados por la OSCE demuestran cada vez más claramente que la libertad religiosa puede existir en diversos sistemas sociales”.
“Estrechamente ligada a la libertad religiosa, cuando ésta se niega, se encuentran la intolerancia y la discriminación por causa de motivos religiosos, de forma especial aquellas contra los cristianos. Está ampliamente documentado que los cristianos son el grupo religioso más perseguido y discriminado Más de 200 millones pertenecientes a diversas confesiones se encuentran en situaciones de dificultad a causa de estructuras legales y culturales”.
Refiriéndose al tema del tráfico de seres humanos, el cardenal Bertone subrayó que la Santa Sede ha sido siempre “consciente de la gravedad de ese crimen, una forma moderna de esclavitud”. “Para prevenir el tráfico de seres humanos hoy en día se recurre a menudo a políticas de inmigración más severas, más controles en las fronteras y lucha al crimen organizado. Sin embargo, cuando las víctimas que han sido repatriadas se encuentran en las mismas condiciones que las que intentaban huir, el tráfico no se interrumpirá fácilmente. Por lo tanto, las iniciativas anti-tráfico deben apuntar también a ofrecer posibilidades concretas para escapar del ciclo pobreza-abuso-explotación”.
Por último, el Secretario de Estado hizo hincapié en la actualidad de los diez principios de la Conferencia de Helsinki, y subrayó que los compromisos concordados con la OSCE eran “fuertes y nobles, sostenidos por un sólido mandato y por el principio de consenso”. “La Santa Sede -concluyó- reafirma estos compromisos y alienta a la Organización a mantenerlos”.
SS/ VIS 20101201 (450)
El cardenal Bertone afirmó que “la Santa Sede no deja de reiterar que el objetivo de los Estados debe ser la protección y el respeto de la dignidad humana que une a toda la familia humana, una unidad enraizada en los cuatro principios fundamentales de la centralidad de la persona humana, la solidaridad, la subsidiariedad y el bien común. Estos principios –dijo- están relacionados con el concepto amplio de la seguridad, que es la base de nuestra organización y son un recordatorio constante del que debe ocuparse la comunidad política”.
“La CSCE y la OSCE han tenido siempre al orden del día la promoción y protección de los derechos humanos -observó el purpurado y agregó que “entre las libertades fundamentales se encuentra el derecho a la libertad religiosa. (...) Los hechos de estos últimos años y los progresos en la redacción de diversos textos emanados por la OSCE demuestran cada vez más claramente que la libertad religiosa puede existir en diversos sistemas sociales”.
“Estrechamente ligada a la libertad religiosa, cuando ésta se niega, se encuentran la intolerancia y la discriminación por causa de motivos religiosos, de forma especial aquellas contra los cristianos. Está ampliamente documentado que los cristianos son el grupo religioso más perseguido y discriminado Más de 200 millones pertenecientes a diversas confesiones se encuentran en situaciones de dificultad a causa de estructuras legales y culturales”.
Refiriéndose al tema del tráfico de seres humanos, el cardenal Bertone subrayó que la Santa Sede ha sido siempre “consciente de la gravedad de ese crimen, una forma moderna de esclavitud”. “Para prevenir el tráfico de seres humanos hoy en día se recurre a menudo a políticas de inmigración más severas, más controles en las fronteras y lucha al crimen organizado. Sin embargo, cuando las víctimas que han sido repatriadas se encuentran en las mismas condiciones que las que intentaban huir, el tráfico no se interrumpirá fácilmente. Por lo tanto, las iniciativas anti-tráfico deben apuntar también a ofrecer posibilidades concretas para escapar del ciclo pobreza-abuso-explotación”.
Por último, el Secretario de Estado hizo hincapié en la actualidad de los diez principios de la Conferencia de Helsinki, y subrayó que los compromisos concordados con la OSCE eran “fuertes y nobles, sostenidos por un sólido mandato y por el principio de consenso”. “La Santa Sede -concluyó- reafirma estos compromisos y alienta a la Organización a mantenerlos”.
SS/ VIS 20101201 (450)
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