CIUDAD DEL VATICANO, 27 NOV 2010 (VIS).-El Consejo Especial para América de la Secretaría General del Sínodo de los Obispos celebró su XV reunión los días 16 y 17 de noviembre. Los trabajos se centraron en el tema: “Nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana”, una de las claves de la Exhortación Apostólica postsinodal “Ecclesia in America”.
Bajo la presidencia del arzobispo Nikola Eterovic, secretario general del Sínodo de los Obispos, se abordaron una serie de cuestiones relativas a la situación social y eclesial en los diferentes países del continente.
En el comunicado emitido tras la reunión se informa de que en América “se observan muchos signos de esperanza, pero también de cierta preocupación. Hay satisfacción por un desarrollo económico positivo en algunos países, aunque se debería fomentar una distribución más equitativa de la riqueza y los recursos naturales”. También “existe una creciente conciencia ambiental entre las poblaciones” y “hay intentos de avanzar hacia una mayor integración continental (...) que busca recuperar la unidad de todo el continente”. Entre los signos de preocupación hay que señalar “la alarmante situación social en Haití,” donde “la solidaridad que han manifestado concretamente los gobiernos extranjeros y organismos eclesiales produciría mejores frutos si los entes locales pudieran disponer de forma más orgánica de las ayudas recibidas”.
El movimiento migratorio es “uno de los aspectos de mayor preocupación. (...) Los inmigrantes en situaciones de irregularidad encuentran graves dificultades y a menudo son repatriados por la fuerza en los países de origen. La Iglesia está comprometida en la promoción de programas sociales y de asistencia religiosa a los inmigrantes, con el objetivo de contribuir a la integración cultural y la paz social”.
Suscitan también mucha preocupación “la producción y tráfico de drogas, el tráfico de armas, la violencia y la corrupción política”. También se presta especial atención “a la promoción de una serie de leyes contrarias a las normas éticas (leyes sobre el aborto, la eutanasia y los matrimonios entre personas del mismo sexo), y la infiltración de un espíritu que no corresponde a los valores cristianos en la educación de los jóvenes y la comunicación”.
Desde el punto de vista social, “se debe tomar nota con satisfacción de que en varios países se desarrolla regularmente un proceso electoral. (...) Sin embargo, no faltan tentativas ideológicas de revisar los ordenamientos constitucionales y legislativos, provocando tensiones internas, incluso con las Iglesias locales. (...) En este contexto, se intenta hacer caso omiso de la Iglesia Católica, excluyéndola de ser sujeto del diálogo social, a pesar de la alta credibilidad de que goza en ámbito popular”.
En el marco eclesial “un motivo de consuelo es el aumento de las vocaciones al sacerdocio, aunque muy diversificado según los países y las diócesis. (...) De particular importancia es la conciencia de que toda la Iglesia en el continente debe estar en un estado de misión”.
Además, “ha tenido un impacto muy positivo la XII Asamblea General Ordinaria sobre la Palabra de Dios en la vida y misión de la Iglesia, así como la Exhortación Apostólica post-sinodal “Verbum Domini”.
Otro tema al orden del día ha sido “las expectativas de la Iglesia en América acerca de la XIII Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, sobre el tema: “La nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana”, que se celebrará del 7 al 28 de octubre de 2012”.
La próxima reunión del Consejo Especial para América del Sínodo de los Obispos tendrá lugar del 27 al 28 de octubre de 2011.
SE/ VIS 20101129 (580)
Bajo la presidencia del arzobispo Nikola Eterovic, secretario general del Sínodo de los Obispos, se abordaron una serie de cuestiones relativas a la situación social y eclesial en los diferentes países del continente.
En el comunicado emitido tras la reunión se informa de que en América “se observan muchos signos de esperanza, pero también de cierta preocupación. Hay satisfacción por un desarrollo económico positivo en algunos países, aunque se debería fomentar una distribución más equitativa de la riqueza y los recursos naturales”. También “existe una creciente conciencia ambiental entre las poblaciones” y “hay intentos de avanzar hacia una mayor integración continental (...) que busca recuperar la unidad de todo el continente”. Entre los signos de preocupación hay que señalar “la alarmante situación social en Haití,” donde “la solidaridad que han manifestado concretamente los gobiernos extranjeros y organismos eclesiales produciría mejores frutos si los entes locales pudieran disponer de forma más orgánica de las ayudas recibidas”.
El movimiento migratorio es “uno de los aspectos de mayor preocupación. (...) Los inmigrantes en situaciones de irregularidad encuentran graves dificultades y a menudo son repatriados por la fuerza en los países de origen. La Iglesia está comprometida en la promoción de programas sociales y de asistencia religiosa a los inmigrantes, con el objetivo de contribuir a la integración cultural y la paz social”.
Suscitan también mucha preocupación “la producción y tráfico de drogas, el tráfico de armas, la violencia y la corrupción política”. También se presta especial atención “a la promoción de una serie de leyes contrarias a las normas éticas (leyes sobre el aborto, la eutanasia y los matrimonios entre personas del mismo sexo), y la infiltración de un espíritu que no corresponde a los valores cristianos en la educación de los jóvenes y la comunicación”.
Desde el punto de vista social, “se debe tomar nota con satisfacción de que en varios países se desarrolla regularmente un proceso electoral. (...) Sin embargo, no faltan tentativas ideológicas de revisar los ordenamientos constitucionales y legislativos, provocando tensiones internas, incluso con las Iglesias locales. (...) En este contexto, se intenta hacer caso omiso de la Iglesia Católica, excluyéndola de ser sujeto del diálogo social, a pesar de la alta credibilidad de que goza en ámbito popular”.
En el marco eclesial “un motivo de consuelo es el aumento de las vocaciones al sacerdocio, aunque muy diversificado según los países y las diócesis. (...) De particular importancia es la conciencia de que toda la Iglesia en el continente debe estar en un estado de misión”.
Además, “ha tenido un impacto muy positivo la XII Asamblea General Ordinaria sobre la Palabra de Dios en la vida y misión de la Iglesia, así como la Exhortación Apostólica post-sinodal “Verbum Domini”.
Otro tema al orden del día ha sido “las expectativas de la Iglesia en América acerca de la XIII Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, sobre el tema: “La nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana”, que se celebrará del 7 al 28 de octubre de 2012”.
La próxima reunión del Consejo Especial para América del Sínodo de los Obispos tendrá lugar del 27 al 28 de octubre de 2011.
SE/ VIS 20101129 (580)
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