CIUDAD DEL VATICANO, 11 JUN 2010 (VIS).-Ayer por la noche, en la Plaza de San Pedro, se celebró una vigilia de oración con motivo de la clausura del Año Sacerdotal, en la que participaron 15.000 presbíteros de 97 países.
En la primera parte de la vigilia hubo testimonios en directo y video-conexiones sobre las experiencias de vida de una familia alemana con seis hijos, un diácono, un sacerdote argentino que ejerce su ministerio pastoral en un barrio pobre de su país, un cura anciano, un párroco de Hollywood y una religiosa de clausura.
Tras la llegada del Santo Padre a la Plaza de San Pedro en papamóvil, comenzó la segunda parte de la vigilia. El cardenal Cláudio Hummes, O.F.M., prefecto de la Congregación para el Clero, dijo en su saludo al Papa que este Año Sacerdotal ha servido para “promover el compromiso de renovación interior de todos los sacerdotes, para un testimonio evangélico más fuerte e incisivo en el mundo actual”.
“Nos gustaría, Santo Padre, que el Año Sacerdotal –continuó el purpurado- no terminara nunca, que nunca dejemos de tender a la santidad y que en este camino, que debe comenzar desde los años de seminario y durar toda la vida, siendo un proceso único de formación, seamos siempre sostenidos y consolados, como en este año, por la oración constante de la Iglesia, por el calor y el apoyo espiritual de todos los fieles”.
El cardenal Hummes dio las gracias al Papa “por todo lo que ha hecho, está haciendo y hará por todos los sacerdotes, también por los que se han perdido. Sabemos que Su Santidad ya ha perdonado y siempre perdona el dolor que le han causado algunos”.
Después de la lectura de una página del Evangelio, el Papa respondió a las preguntas planteadas por cinco sacerdotes, representantes de cada uno de los continentes.
Tras el canto del Padrenuestro, el Santísimo Sacramento fue llevado en procesión desde el Portón de Bronce hasta el altar situado delante de la basílica vaticana. Después de un momento de adoración en silencio, el Papa leyó la oración del Año Sacerdotal.
La vigilia concluyó a las 23,15, con la bendición eucarística y el canto de la Salve Regina.
…/ VIS 20100611 (380)
En la primera parte de la vigilia hubo testimonios en directo y video-conexiones sobre las experiencias de vida de una familia alemana con seis hijos, un diácono, un sacerdote argentino que ejerce su ministerio pastoral en un barrio pobre de su país, un cura anciano, un párroco de Hollywood y una religiosa de clausura.
Tras la llegada del Santo Padre a la Plaza de San Pedro en papamóvil, comenzó la segunda parte de la vigilia. El cardenal Cláudio Hummes, O.F.M., prefecto de la Congregación para el Clero, dijo en su saludo al Papa que este Año Sacerdotal ha servido para “promover el compromiso de renovación interior de todos los sacerdotes, para un testimonio evangélico más fuerte e incisivo en el mundo actual”.
“Nos gustaría, Santo Padre, que el Año Sacerdotal –continuó el purpurado- no terminara nunca, que nunca dejemos de tender a la santidad y que en este camino, que debe comenzar desde los años de seminario y durar toda la vida, siendo un proceso único de formación, seamos siempre sostenidos y consolados, como en este año, por la oración constante de la Iglesia, por el calor y el apoyo espiritual de todos los fieles”.
El cardenal Hummes dio las gracias al Papa “por todo lo que ha hecho, está haciendo y hará por todos los sacerdotes, también por los que se han perdido. Sabemos que Su Santidad ya ha perdonado y siempre perdona el dolor que le han causado algunos”.
Después de la lectura de una página del Evangelio, el Papa respondió a las preguntas planteadas por cinco sacerdotes, representantes de cada uno de los continentes.
Tras el canto del Padrenuestro, el Santísimo Sacramento fue llevado en procesión desde el Portón de Bronce hasta el altar situado delante de la basílica vaticana. Después de un momento de adoración en silencio, el Papa leyó la oración del Año Sacerdotal.
La vigilia concluyó a las 23,15, con la bendición eucarística y el canto de la Salve Regina.
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