CIUDAD DEL VATICANO, 5 MAY 2010 (VIS).-Al final de la catequesis de la audiencia general el Santo Padre recordó que anteayer, 3 de mayo, se inauguraron en Nueva York, los trabajos de la Octava Conferencia de Examen del Tratado de no proliferación de las armas nucleares.
"El progreso hacia un desarme nuclear concertado y seguro -dijo el Papa- está estrechamente vinculado con el cumplimiento pleno y solícito de los compromisos internacionales. La paz, de hecho, se basa en la confianza y el respeto de las obligaciones asumidas y no sólo en el equilibrio de fuerzas. En ese espíritu, aliento las iniciativas que persiguen un desarme progresivo y la creación de zonas libres de armas nucleares, con la perspectiva de su completa eliminación del planeta".
"Exhorto, por tanto, a todos los participantes en la reunión de Nueva York -subrayó- a superar los condicionamientos de la historia y a tejer pacientemente la trama política y económica de la paz para contribuir al desarrollo humano integral y a las auténticas aspiraciones de los pueblos".
Benedicto XVI saludó también a todos los que participarán, a finales de este mes, en el Congreso sobre la familia en Jönköping, Suecia.
"Ofrecéis al mundo un mensaje de alegría -afirmó el pontífice- porque el don que Dios nos da con la vida matrimonial y familiar nos permite experimentar algo del amor infinito que une a las tres divinas personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Los seres humanos, creados a imagen y semejanza de Dios, están hechos para el amor. De hecho, en lo profundo de nuestro ser anhelamos amar y ser amados".
"El matrimonio es un verdadero instrumento de salvación, no sólo para los casados, sino para toda la sociedad", concluyó Benedicto XVI. "Al igual que cualquier objetivo que valga verdaderamente la pena, nos interpela y nos llama a estar dispuestos a sacrificar nuestros propios intereses por el bien del otro. Nos obliga a la tolerancia y al perdón. Nos invita a cuidar y proteger el don de vida nueva. (...) Animo vuestros esfuerzos para promover el aprecio y la adecuada comprensión del bien inestimable que el matrimonio y la vida familiar ofrecen a la sociedad".
AG/ VIS 20100505 (370)
"El progreso hacia un desarme nuclear concertado y seguro -dijo el Papa- está estrechamente vinculado con el cumplimiento pleno y solícito de los compromisos internacionales. La paz, de hecho, se basa en la confianza y el respeto de las obligaciones asumidas y no sólo en el equilibrio de fuerzas. En ese espíritu, aliento las iniciativas que persiguen un desarme progresivo y la creación de zonas libres de armas nucleares, con la perspectiva de su completa eliminación del planeta".
"Exhorto, por tanto, a todos los participantes en la reunión de Nueva York -subrayó- a superar los condicionamientos de la historia y a tejer pacientemente la trama política y económica de la paz para contribuir al desarrollo humano integral y a las auténticas aspiraciones de los pueblos".
Benedicto XVI saludó también a todos los que participarán, a finales de este mes, en el Congreso sobre la familia en Jönköping, Suecia.
"Ofrecéis al mundo un mensaje de alegría -afirmó el pontífice- porque el don que Dios nos da con la vida matrimonial y familiar nos permite experimentar algo del amor infinito que une a las tres divinas personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Los seres humanos, creados a imagen y semejanza de Dios, están hechos para el amor. De hecho, en lo profundo de nuestro ser anhelamos amar y ser amados".
"El matrimonio es un verdadero instrumento de salvación, no sólo para los casados, sino para toda la sociedad", concluyó Benedicto XVI. "Al igual que cualquier objetivo que valga verdaderamente la pena, nos interpela y nos llama a estar dispuestos a sacrificar nuestros propios intereses por el bien del otro. Nos obliga a la tolerancia y al perdón. Nos invita a cuidar y proteger el don de vida nueva. (...) Animo vuestros esfuerzos para promover el aprecio y la adecuada comprensión del bien inestimable que el matrimonio y la vida familiar ofrecen a la sociedad".
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