CIUDAD DEL VATICANO, 30 MAR 2004 (VIS).-El arzobispo Silvano Tomasi, C.S., observador permanente de la Santa Sede ante la oficina de las Naciones Unidas e Instituciones Especializadas de Ginebra (Suiza), intervino el pasado 24 de marzo en la LX sesión de la Comisión de Derechos Humanos sobre el tema 7: "El derecho al desarrollo". La sesión se inauguró el 16 de marzo y se clausurará el 23 de abril.
El nuncio comenzó observando que la Santa Sede considera el debate actual "especialmente oportuno y puntual en el ámbito de las Naciones Unidas, en un momento en que parece acentuarse la brecha entre los países más ricos y los más pobres. La globalización ha hecho más aguda la sensibilidad de todo el planeta ante la injusticia, la pobreza, la discriminación, la degradación del medio ambiente".
"La Declaración sobre el Derecho al Desarrollo, adoptada por la Asamblea General en 1986, es única entre todas las otras normas internacionales de derechos humanos ya que identifica al individuo como el centro y el beneficiario del derecho y al Estado como el principal responsable del cumplimiento de ese deber. Al mismo tiempo, pone de relieve la conexión explícita entre este derecho y la obligación de la cooperación internacional de ayudar individualmente a los estados en sus deberes como los primeros promotores y protectores del derecho del individuo al desarrollo".
La globalización "implica una mayor responsabilidad por parte de la comunidad internacional" a la hora de facilitar recursos para ayudar a aquellos pueblos que, como observa Juan Pablo II, "quizá son hoy la mayoría y no disponen de los medios que les capacitarían para ocupar el lugar que les corresponde de manera eficaz y humanamente digna dentro de un sistema productivo en que el trabajo es auténticamente esencial".
El nuncio concluyó subrayando que la "interdependencia de derechos y responsabilidades entre los individuos, las familias, el Estado y la comunidad internacional es un tema recurrente en el magisterio social de la Santa Sede (...) Sin embargo (...) creemos que la promoción, protección y puesta en práctica del derecho al desarrollo es responsabilidad primaria del Estado".
DELSS/DESARROLLO/ONU:GINEBRA:TOMASI VIS 20040330 (350)
El nuncio comenzó observando que la Santa Sede considera el debate actual "especialmente oportuno y puntual en el ámbito de las Naciones Unidas, en un momento en que parece acentuarse la brecha entre los países más ricos y los más pobres. La globalización ha hecho más aguda la sensibilidad de todo el planeta ante la injusticia, la pobreza, la discriminación, la degradación del medio ambiente".
"La Declaración sobre el Derecho al Desarrollo, adoptada por la Asamblea General en 1986, es única entre todas las otras normas internacionales de derechos humanos ya que identifica al individuo como el centro y el beneficiario del derecho y al Estado como el principal responsable del cumplimiento de ese deber. Al mismo tiempo, pone de relieve la conexión explícita entre este derecho y la obligación de la cooperación internacional de ayudar individualmente a los estados en sus deberes como los primeros promotores y protectores del derecho del individuo al desarrollo".
La globalización "implica una mayor responsabilidad por parte de la comunidad internacional" a la hora de facilitar recursos para ayudar a aquellos pueblos que, como observa Juan Pablo II, "quizá son hoy la mayoría y no disponen de los medios que les capacitarían para ocupar el lugar que les corresponde de manera eficaz y humanamente digna dentro de un sistema productivo en que el trabajo es auténticamente esencial".
El nuncio concluyó subrayando que la "interdependencia de derechos y responsabilidades entre los individuos, las familias, el Estado y la comunidad internacional es un tema recurrente en el magisterio social de la Santa Sede (...) Sin embargo (...) creemos que la promoción, protección y puesta en práctica del derecho al desarrollo es responsabilidad primaria del Estado".
DELSS/DESARROLLO/ONU:GINEBRA:TOMASI VIS 20040330 (350)
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