Ciudad
del Vaticano, 26 de septiembre de 2015 (Vis).-La escuela Nuestra
Señora Reina de los Angeles, en Harlem, tiene 282 alumnos (de 5 a 14
años) de los cuales el 69% estudia gracias a una beca. Los niños y
niñas proceden de familias de bajo rédito a las que se llama
''dreamers'' (los que siguen el sueño americano); son inmigrantes
adultos o menores no acompañados de América Latina (69%),
refugiados de Africa u Oriente Medio, pero también afroamericanos
(22%). La escuela forma parte de una red de seis escuelas católicas
en los barrios de Harlem y del South Bronx, financiadas y
administradas por la fundación caritativa católica Partnership,
coordinada por la arquidiócesis de Nueva York que es propietaria de
los locales. La fundación, instituida formalmente en 2010, se
propone romper el círculo vicioso de la pobreza.
A
Nuestra Señora de los Angeles llegó el Papa ayer poco después de
las 16.00 (las 22.00 hora de Roma) para encontrarse con los alumnos,
sus familiares y sus maestros que lo esperaban en el gimnasio. Fue un
encuentro informal en el que pidió perdón a los maestros por
robarles unos minutos de la lección en clase y comentó que le
habían contado que una de las ''lindas'' características de la
escuela era que algunos de los alumnos venían de otros lugares y
muchos de otros países. ''Y eso es bueno -añadió- Aunque sé que
no siempre es fácil tener que trasladarse y encontrar una nueva
casa, encontrar nuevos vecinos, amigos; no es nada fácil, pero hay
que empezar. Al principio puede ser algo cansador. Muchas veces
aprender un nuevo idioma, adaptarse a una nueva cultura, un nuevo
clima. ¡Cuántas cosas tienen que aprender!. No solo las tareas de
la escuela, sino tantas cosas''.
''Lo
bueno -prosiguió en tono coloquial- es que también encontramos
nuevos amigos. Y esto es muy importante.... Encontramos personas que
nos abren puertas y nos muestran su ternura, su amistad, su
comprensión, y buscan ayudarnos para que no nos sintamos extraños,
extranjeros... Aunque a veces la imaginación se vuelve a nuestra
patria, pero encontramos gente buena que nos ayuda a sentirnos en
casa. Qué lindo es poder sentir la escuela, los lugares de reunión,
como una segunda casa. Y esto no sólo es importante para ustedes,
sino para sus familias. De esta manera, la escuela se vuelve una gran
familia para todos ..donde aprendemos a ayudarnos, a compartir lo
bueno de cada uno.. a jugar en equipo, que es tan importante, y a
perseverar en nuestras metas''.
''Bien
cerquita de aquí -indicó- hay una calle muy importante con el
nombre de una persona que hizo mucho bien por los demás, y quiero
recordarla con ustedes. Me refiero al Pastor Martin Luther King. Un
día dijo:: ''Tengo un sueño''. Y él soñó que muchos niños,
muchas personas tuvieran igualdad de oportunidades. Él soñó que
muchos niños como ustedes tuvieran acceso a la educación. Él soñó
que muchos hombres y mujeres, como ustedes, pudieran llevar la frente
bien alta, con la dignidad de quien puede ganarse la vida. Es hermoso
tener sueños y es hermoso poder luchar por los sueños. No se lo
olviden''.
''Hoy
queremos seguir soñando y celebramos todas las oportunidades que,
tanto a ustedes como a nosotros los grandes, nos permiten no perder
la esperanza en un mundo mejor, y con mayores posibilidades... Sé
que uno de los sueños de sus padres, de sus educadores y de todos
los que los ayudan...es que ustedes puedan crecer y vivir con
alegría.... No siempre es fácil. En todas las casas hay problemas,
hay situaciones difíciles, hay enfermedades, pero no dejen de soñar
con que puedan vivir con alegría.Todos ustedes los que están acá,
chicos y grandes, tienen derecho a soñar y me alegra mucho que
puedan encontrar, sea en la escuela, sea aquí, en sus amigos, en sus
maestros, en todos los que se acercan a ayudar, ese apoyo necesario
para poder hacerlo. Donde hay sueños, donde hay alegría, ahí
siempre está Jesús''.
Antes
de irse, el Papa preguntó a los niños si les podía poner unos
deberes para hacer en casa. ''Es un pedido sencillo pero muy
importante -dijo- No se olviden de rezar por mí para que yo pueda
compartir con muchos la alegría de Jesús. Y recemos también para
que muchos puedan disfrutar de esta alegría, como la que tienen
ustedes cuando se sienten acompañados, ayudados, aconsejados, aunque
haya problemas''.
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