Ciudad
del Vaticano, 27 de mayo 2015 (VIS).-El noviazgo, el tiempo llamado a
sentar las bases de un proyecto de amor asumido con plena libertad y
conciencia, ha sido el tema de la catequesis del Papa Francisco
durante la audiencia general de los miércoles.
''La
alianza de amor entre el hombre y la mujer, alianza para la vida
-explicó el Pontífice- no se improvisa, no
se hace de un día para otro, no existe el matrimonio express:Hay que
trabajar sobre el amor, hay que caminar. La alianza del amor entre el
hombre y la mujer se aprende y se afina... Es, osaría decir,
una alianza artesanal . Hacer de dos vidas una sola, es casi
un milagro de la libertad y del corazón, confiado a la fe.
Tenemos que esforzarnos más en este sentido porque nuestras
"coordenadas sentimentales" se han vuelto confusas. Los
que pretenden todo e inmediatamente, después ceden de todo e
inmediatamente frente a la primera dificultad o a la primera
ocasión... El noviazgo canaliza la voluntad de mantener juntos
algo que nunca puede comprarse o venderse, traicionarse o
abandonarse, por muy tentadora que sea la oferta''.
Francisco recordó en este sentido la
obra del escritor italiano Alessandro Manzoni, ''Los novios'',
invitando a todos a leerla porque es ''una auténtica obra maestra
donde se cuenta la historia de unos novios que han sufrido tanto, han
recorrido un camino lleno de dificultades hasta llegar al final, al
matrimonio. No os olvidéis de esta obra maestra sobre el
noviazgo...Leedla y veréis la belleza y el sufrimiento pero también
la fidelidad de los prometidos''.
''La
Iglesia, en su sabiduría, mantiene la distinción entre ser novios
y estar casados, - no es lo mismo- sobre todo ante la delicadeza y
profundidad de esta verificación. No tomemos a la ligera esta sabia
enseñanza, que también se nutre de la experiencia del amor conyugal
felizmente vivido. Los símbolos fuertes del cuerpo tienen las
llaves del alma: no podemos tratar los lazos de la carne a la ligera,
sin abrir alguna herida duradera en el espíritu'', continuó el
Santo Padre, observando que, sin embargo, ''la cultura y la sociedad
actuales se han vuelto algo indiferentes a la delicadeza y la
seriedad de este pasaje. Por otro lado, no se puede decir que sean
generosas con los jóvenes que tienen la seria intención de tener
una casa e hijos. De hecho, a menudo se les plantean mil
obstáculos, mentales y prácticos''.
También
los cursillos prematrimoniales son una expresión especial de
preparación que brindan a los novios la oportunidad, a veces única,
de ''reflexionar sobre su experiencia en términos que no son
banales''. ''Sí, muchas parejas están juntas desde hace mucho
tiempo, tal vez incluso en la intimidad, a veces conviven, pero no se
conocen verdaderamente -observó el Papa- Por eso hay que volver a
valorar el noviazgo como un tiempo de conocimiento recíproco y de
compartición de un proyecto.... Y centrándose también aquí en lo
esencial: en la Biblia, para descubrirla juntos, de una manera
consciente; en la oración, no sólo en su dimensión litúrgica,
sino también en la doméstica... en
los sacramentos... con que el Señor viene a morar en los
novios y los prepara a acogerse uno a otro "por la gracia de
Cristo"; y en la fraternidad con los pobres y los necesitados,
que nos lleva a la sobriedad y a la compartición. Los
novios que se comprometen así crecen y todo esto lleva a
preparar una hermosa celebración del matrimonio de una manera
diferente, no mundana sino cristiana''.
El Papa invitó a los novios a decirse
uno a otra las palabras del profeta Oseas que habla de la alianza de
Dios con su pueblo, haciéndolas propias: ''Yo te desposaré conmigo
para siempre, te desposaré conmigo en justicia y en derecho, en amor
y compasión, te desposaré conmigo en fidelidad y tu conocerás al
Señor''. ''Que cada pareja de novios- dijo- piense en ello y se
digan : ''Haré de ti mi esposo, haré de ti mi esposa''. Esperad ese
momento; es un camino que se recorre lentamente, pero es un camino de
maduración. No hay que quemar las etapas; se madura paso a paso''
Por
eso, ''el tiempo del noviazgo puede convertirse realmente en un
momento de iniciación.. a la sorpresa de los dones espirituales con
los que el Señor, a través de la Iglesia, enriquece el horizonte de
la nueva familia que se prepara a vivir en su bendición''.
Al final, Francisco pidió a los miles
de fieles que llenaban la Plaza de San Pedro que rezaran a la Sagrada
Familia por los novios para que comprendan la belleza del camino que
recorren hacia el matrimonio. Y a los prometidos los saludó con un
''¡Buen camino de noviazgo!''
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