Ciudad
del Vaticano, 28 de febrero 2015 (VIS).-''La Iglesia siempre ha
reconocido, apreciado y alentado la experiencia cooperativa'', afirmó
esta mañana el Papa Francisco saludando en el Aula Pablo Vi a más
de siete mil miembros de la Confederación de Cooperativas italianas
que agrupa diversos sectores, desde la agricultura a la construcción
pasando por la pesca y la distribución de bienes de consumo.
Francisco
recordó a este propósito diversos documentos del Magisterio como
las encíclicas ''Rerum Novarum'', del Papa León XIII en la que el
Pontífice exclamaba: "Todos propietarios y no todos
proletarios", la ''Caritas in veritate'' donde Benedicto XVI
subrya la importancia de la economía de comunión y de la industria
sin fines de lucro, sin olvidar la ''extraordinaria enseñanza
social del beato Pablo VI'', e instó a los miembros de la
Confederación a no mirar solo a los logros del pasado, sino a las
perspectivas del futuro. ''Una verdadera misión -dijo- que requiere
fantasía creativa, métodos, actitudes y herramientas para combatir
la "cultura del descarte" cultivada por los poderes que
rigen las políticas económicas y financieras del mundo
globalizado''.
''Globalizar
la solidaridad hoy -indicó- significa pensar en el aumento
vertiginoso del desempleo, en las incesantes lágrimas de los pobres,
en la necesidad de reanudar un desarrollo que sea progreso real de la
persona que, ciertamente, necesita el rédito, pero no sólo el
rédito. Pensemos en las necesidades sanitarias que los sistemas de
bienestar tradicional ya no son capaces de satisfacer, en las
necesidades apremiantes de la solidaridad, poniendo de nuevo, en el
centro de la economía mundial, la dignidad de la persona humana''.
Para
llevar a cabo esa misión, Francisco propuso algunas sugerencias
concretas. La primera fue que las cooperativas deben seguir siendo
''la fuerza propulsora que levanta y desarrolla la parte más débil
de las comunidades locales y de la sociedad civil''. Y para ello es
necesario ''dar el primer puesto a la fundación de nuevas empresas
cooperativas, junto al desarrollo de las ya existentes, para crear
nuevas oportunidades de trabajo que hoy en día no existen... sobre
todo para los jóvenes ...porque sabemos que el desempleo juvenil...
destruye sus esperanzas'', pero también para las ''tantas mujeres
que necesitan y desean entrar en el mundo del trabajo'', sin
olvidarse de ''los adultos que a menudo se quedan sin ocupación
antes de tiempo''. ''Además de a las nuevas empresas -añadió- ,
miremos también a las que atraviesan dificultades, a las que según
los viejos patrones, conviene dejar morir y que, en cambio pueden
revivir con las iniciativas denominadas ''empresas recuperadas''.
Convertirse
en protagonistas de soluciones nuevas para el bienestar común fue la
segunda sugerencia, dirigida sobre todo al sector sanitario, ''una
zona sensible, donde tanta gente pobre ya no encuentra respuestas
adecuadas a sus necesidades''. La respuesta podría hallarse en ''la
subsidiariedad que significa aunar las fuerzas''', creando una red
eficaz de asistencia y solidaridad entre cooperativas, parroquias y
hospitales.
La
tercera sugerencia atañe a la relación de la economía con la
justicia social, la dignidad y el valor de las personas. ''Es bien
sabido -explicó el Papa- que un cierto liberalismo cree que sea
necesario primero producir riqueza, no importa cómo, para promover
después alguna política de redistribución. Otros piensan que sea
la misma empresa la que debe otorgar las migajas de la riqueza
acumulada, cumpliendo así con su denominada "responsabilidad
social". En cambio, nosotros sabemos que una nueva calidad de la
economía, facilita el desarrollo del potencial de la persona ...El
miembro de la cooperativa no debe ser sólo un trabajador... debe ser
siempre el protagonista, tiene que crecer... como persona, social y
profesionalmente... Es necesario que la empresa a cargo de la
cooperativa crezca realmente ... con la participación de todos''.
''Si
miramos a nuestro alrededor, nunca sucede que la economía se renueve
en una sociedad que envejece, en lugar de crecer'', afirmó Francisco
para presentar la cuarta sugerencia : Potenciar el papel del
movimiento cooperativo en la armonización entre el trabajo y la
familia. ''Hacer esto -subrayó- también significa ayudar a las
mujeres a realizarse plenamente en su propia vocación y a
aprovechar sus talentos'', mediante iniciativas que salgan al
encuentro de las exigencias de todos, desde las guarderías a la
ayuda a domicilio.
''La
quinta sugerencia os puede sorprender: ¡Para hacer todas estas cosas
hace falta dinero¡ -aseveró- Las cooperativas en general, no fueron
fundadas por los grandes capitalistas... El Papa os dice que hay que
invertir y hay que invertir bien... Indudablemente en Italia, pero no
sólo aquí, es difícil conseguir dinero público para compensar la
escasez de recursos. La solución que propongo es esta: unid con
decisión los buenos medios para realizar buenas obras. Colaborad más
entre los bancos cooperativos y las empresas, organizad los recursos
para que las personas vivan con serenidad y dignidad, pagad salarios
justos a los trabajadores... El dinero al servicio de la vida puede
administrarse de forma justa...allí donde el capital no domina a las
personas sino las personas al capital''.
''Por
eso os digo que háceis muy bien y os repito que lo hagáis cada vez
más -recalcó- combatiendo a las falsas cooperativas, a las que
prostituyen su nombre... es decir, el de una realidad muy buena, para
engañar a la gente con fines de lucro contrarios a los de la
cooperación verdadera y genuina... En vuestro campo, ponerse una
fachada de honradez y perseguir en cambio propósitos deshonestos e
inmorales, a menudo dirigidos a la explotación del trabajo, o la
manipulación del mercado, e incluso a tráficos escandalosos de
corrupción, es una grave y vergonzosa mentira. La economía
cooperativa ...si quiere jugar una función social fuerte y decisiva
en el futuro de una nación y de cada comunidad local, debe perseguir
fines transparentes y límpidos. Debe promover la economía de
honradez Una economía sanadora en el mar insidioso de la economía
global. Una economía real promovida por personas que tienen en el
corazón y en la mente sólo el bien común''.
La
última parte del discurso del Papa estuvo dedicada a la cooperación
en ámbito internacional. ''Tended vuestra mano -exclamó- allí
donde haya viejas y nuevas periferias existenciales, personas
desfavorecidas, seres humanos sólos y descartados, gente no
respetada... Es necesario tener el valor y la fantasía de construir
el camino justo para integrar en el mundo el desarrollo, la justicia
y la paz''.
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