Ciudad
del Vaticano, 23 julio 2013 (VIS).- Durante el vuelo hacia Río de
Janeiro, el Papa Francisco saludó personalmente a los sesenta
representantes de los medios de comunicación que le acompañaban en
el avión. En su primer viaje apostólico internacional, para la
Jornada Mundial de la Juventud 2013, les expresó su gratitud y
agradeciéndoles su compañía les explicó el sentido de su viaje y
su anhelo de encontrar a los jóvenes, alentando a una sociedad que
sepa unir las fuerzas de la juventud con la experiencia y sabiduría
de los ancianos.
"Este
primer viaje es justo para encontrar a los jóvenes, -dijo Francisco-
pero encontrarlos no aislados de su vida: sino que quisiera
encontrarlos en el tejido social, en la sociedad. Porque cuando
aislamos a los jóvenes cometemos una injusticia: les quitamos su
pertenencia. Los jóvenes tienen una pertenencia: una pertenencia a
una familia, a una patria, a una cultura, a una fe...¡Tienen una
pertenencia y no debemos aislarlos! ¡Pero, sobre todo, no aislarlos
de toda la sociedad! Ellos - ¡de verdad! – son el futuro de un
pueblo: ¡eso es verdad! Pero no sólo ellos: ellos son el futuro
porque tienen fuerza, son jóvenes, van hacia adelante".
Asimismo
el Papa recordó a las personas mayores. "Los ancianos son el
futuro de un pueblo. Un pueblo tiene futuro si va adelante con todos,
con los dos puntos: con la juventud, con la fuerza - porque la fuerza
va adelante- y con los ancianos.... Creo que hacemos una injusticia
con los ancianos: todos somos parte de la sociedad... ellos no han
dejado de darnos algo importante, tienen la sabiduría, la sabiduría
de la vida, la sabiduría de la historia, la sabiduría de la patria,
la sabiduría de la familia, y de todo ello tenemos necesidad".
El
Pontífice destacó cómo "la crisis mundial no hace cosas
buenas para los jóvenes" y advirtió que "corremos el
riesgo de tener una generación que nunca ha tenido un trabajo... del
trabajo viene la dignidad de la persona: ganarse el pan ... Los
jóvenes -continuó- en este momento, están en crisis. Y ... estamos
acostumbrados a esta cultura del descarte: con los ancianos se hace
demasiado a menudo. Y ahora incluso con tantos jóvenes sin trabajo,
también para ellos llega la cultura del descarte. ¡Tenemos que
cortar esta costumbre del descarte!". El Santo Padre al final
pidió a los periodistas que le ayudaran a trabajar por el bien de la
sociedad, de los jóvenes y de los ancianos.
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