Ciudad
del Vaticano, 30 de junio 2013 (VIS).-La firme decisión de Jesús de
ponerse en camino hacia Jerusalén, su meta final, el lugar del
cumplimiento de su misión de salvación y la libertad de conciencia
con que siguió ese propósito han sido los temas elegidos por el
Papa en el último Angelus del mes de junio, rezado con las decenas
de miles de fieles presentes en la Plaza de San Pedro.
Tras
esa “firme decisión”, Jesús mira directamente a la meta y a las
personas que encuentra y que quieren seguirlo les dice claramente
cuáles son las condiciones: no tener una morada fija; saber
despegarse de los afectos humanos; no ceder a la nostalgia del
pasado. Pero también dice a sus discípulos, encargados de
precederlo en el camino hacia Jerusalén para anunciar su paso, que
no impongan nada, que si no encuentran disponibilidad para
recibirlo, sigan y vayan adelante. “Jesús -ha afirmado Francisco-
no impone jamás; Jesús es humilde, Jesús invita. Si tú quieres
ven. La humildad de Jesús es así: nos invita siempre. No impone.”
“Todo
esto nos invita a pensar... en la importancia que, también para
Jesús, tuvo la conciencia: el escuchar en su corazón la voz del
Padre y seguirla. Jesús, en su existencia terrenal, no estaba, por
así decir, condicionado por un “mando a distancia”: era el Verbo
encarnado, el Hijo de Dios hecho hombre, y, en un momento dado, tomó
la firme decisión de subir a Jerusalén por última vez; una
decisión tomada en su conciencia, pero no solo: con el Padre, en
plena unión con Él! ... Por eso la decisión era firme, porque
fue tomada con el Padre; y en el Padre Jesús encontraba la fuerza y
la luz para su camino. Y Jesús ... en aquella decisión era libre..
y a nosotros, los cristianos, nos quiere libres como Él. Con esa
libertad que procede del diálogo con el Padre... Jesús no quiere
cristianos egoístas, que sigan el propio ‘yo’, que no hablen con
Dios; ni cristianos débiles, cristianos que no tienen voluntad,
cristianos de “mando a distancia”, incapaces de creatividad, que
quieren “conectarse” siempre con la voluntad de otro... ¡Jesús
nos quiere libres! Y ¿de donde sale esta libertad? Sale del diálogo
con Dios en la propia conciencia. Si un cristiano ... no sabe
escuchar a Dios en su propia conciencia no es libre”.
“Por
eso tenemos que aprender a escuchar más a nuestra conciencia. Pero
¡cuidado! Esto no significa seguir al propio yo, hacer lo que me
interesa, lo que me conviene, lo que me gusta... ¡No es esto! La
conciencia es el espacio interior de la escucha de la verdad, del
bien, de la escucha de Dios; es el lugar interior de mi relación con
Él, que habla a mi corazón y me ayuda a discernir, a comprender el
camino que debo recorrer, y una vez tomada la decisión, a ir
adelante, a permanecer fiel”.
Francisco
ha subrayado un reciente “ejemplo maravilloso” de la relación
con Dios en la propia conciencia: el del Papa Benedicto XVI “cuando
el Señor en la oración, le ha hecho comprender cuál era el paso
que debía dar” y “ha seguido, con gran discernimiento y valor,
su conciencia, o sea la voluntad de Dios que hablaba a su corazón”.
Ese ejemplo “nos hace mucho bien a todos nosotros y es un ejemplo
a seguir”.
María
que escuchaba y meditaba en su corazón la Palabra de Dios “nos
ayude a convertirnos cada vez más en hombres y mujeres de conciencia
- con conciencia libre... capaces de escuchar la voz de Dios y de
seguirla con decisión”, ha concluido el Papa.
Después
de rezar el Ángelus, el Pontífice ha recordado que hoy se celebra
en Italia la Jornada de la caridad del Papa y ha agradecido a los
obispos y a todas las parroquias, “especialmente a las más pobres,
las oraciones y las ofrendas que sostienen tantas iniciativas
pastorales y caritativas del Sucesor de Pedro en todas partes del
mundo”.
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