CIUDAD DEL VATICANO, 17 NOV 2010 (VIS).-Durante los saludos a los fieles después de la catequesis el Papa se dirigió a un grupo de peregrinos italianos de la región de Basilicata, a quienes acompañaban los obispos, sacerdotes y autoridades civiles de la zona, llegados a Roma para conmemorar el 30 aniversario del terremoto que devastó las provincias del Sur de Italia.
“En ese dramático evento, cuyas heridas son todavía profundas y están vivas en la mente y el corazón de estas queridas poblaciones -dijo el Papa- llegaron de tantas partes de Italia ayudas generosas. En ámbito local, cada uno se empeñó en intervenir donde había necesidad. Quiero subrayar en particular la obra de la Iglesia, que ofreció, además de la ayuda material, la luz de la esperanza de Cristo resucitado, en un momento de desconsuelo y oscuridad. Espero que el encuentro actual y el recuerdo de la visita paternal que efectuó en aquellos días el Siervo de Dios Juan Pablo II reavive en el pueblo cristiano el don de la fe y la alegría de compartirla en la gran familia de la Iglesia”.
AG/ VIS 20101117 (200)
“En ese dramático evento, cuyas heridas son todavía profundas y están vivas en la mente y el corazón de estas queridas poblaciones -dijo el Papa- llegaron de tantas partes de Italia ayudas generosas. En ámbito local, cada uno se empeñó en intervenir donde había necesidad. Quiero subrayar en particular la obra de la Iglesia, que ofreció, además de la ayuda material, la luz de la esperanza de Cristo resucitado, en un momento de desconsuelo y oscuridad. Espero que el encuentro actual y el recuerdo de la visita paternal que efectuó en aquellos días el Siervo de Dios Juan Pablo II reavive en el pueblo cristiano el don de la fe y la alegría de compartirla en la gran familia de la Iglesia”.
AG/ VIS 20101117 (200)
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