CIUDAD DEL VATICANO, 25 MAR 2010 (VIS).-Sigue el texto completo de la declaración efectuada por el padre Federico Lombardi, S.I., director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, al New York Times, el 24 de marzo de 2010:
"El trágico caso del padre Lawrence Murphy, un sacerdote de la archidiócesis de Milwaukee, afectó a víctimas particularmente indefensas que sufrieron terriblemente por lo que hizo. El padre Murphy, que abusó sexualmente de niños con problemas auditivos, violó la ley, y lo que es más importante, la confianza sagrada que sus víctimas habían depositado en él.
A mediados de la década de 1970, algunas de las víctimas del padre Murphy informaron del abuso a las autoridades civiles, que lo sometieron entonces a investigación; sin embargo, según informa la prensa, esa investigación se abandonó. La Congregación para la Doctrina de la Fe no fue informada de la cuestión hasta una veintena de años más tarde.
Se ha sugerido que en este caso existiría una relación entre la aplicación del "Crimen sollicitationis" y la ausencia de denuncias a las autoridades civiles de los abusos de niños. De hecho, no la hay. En efecto, contrariamente a algunas declaraciones que han circulado en la prensa, ni el Crimen ni el Código de Derecho Canónico han prohibido nunca la denuncia de los casos de abusos de niños a las autoridades de policía.
A finales de 1990, después de más de dos décadas desde que se denunciara el abuso a los responsables de la diócesis y a la policía, la Congregación para la Doctrina de la Fe abordó por primera vez la cuestión de cómo tratar el caso Murphy canónicamente. La Congregación fue informada del asunto porque se trataba de solicitaciones en el confesionario, que constituyen una violación del sacramento de la Penitencia. Es importante señalar que la cuestión canónica presentada a la Congregación no tenía relación con ningún procedimiento potencial civil o penal contra el padre Murphy.
En tales casos, el Código de Derecho Canónico no prevé sanciones automáticas, pero recomienda que se haga un juicio sin excluir incluso la mayor pena eclesiástica de expulsión del estado clerical (cf. Canon 1395, n. 2). Teniendo en cuenta que el padre Murphy era anciano y estaba mal de salud y que estaba viviendo en aislamiento y las denuncias de abuso no se habían notificado durante más de 20 años, la Congregación para la Doctrina de la Fe sugirió que el arzobispo de Milwaukee estudiara la posibilidad de abordar la situación, por ejemplo, restringiendo el ministerio público del padre Murphy, y exigiéndole que aceptara la plena responsabilidad de la gravedad de sus actos. El padre Murphy murió aproximadamente cuatro meses más tarde, sin más incidentes".
Asimismo, ayer 24 de marzo, el obispo John Magee, S.P.S., de Cloyne (Irlanda), emitió un comunicado tras el asenso del Santo Padre a su renuncia al gobierno pastoral de esa diócesis. Sigue el texto:
"El 9 de marzo de 2010 presenté mi renuncia como obispo de Cloyne al Santo Padre. Se me ha informado hoy de que ha sido aceptada y, ahora que me despido, quiero ofrecer una vez más mis más sinceras disculpas a cualquier persona que haya sufrido abusos por parte de cualquier sacerdote de la diócesis de Cloyne mientras yo fui obispo o en cualquier otro momento. Pido perdón y misericordia a aquellos a quienes he hecho daño en cualquier manera o que han sufrido a causa de cualquier omisión mía. Como dije el día de Nochebuena de 2008, tras la publicación del informe de la Junta Nacional para la Protección de los Niños en la Iglesia Católica en Irlanda, asumo toda la responsabilidad por las críticas a nuestra gestión de las cuestiones que figuran en ese informe.
El 7 de marzo de 2009, la Santa Sede nombró a monseñor Dermot Clifford administrador apostólico de la diócesis de Cloyne. Fue la respuesta a mi petición de ser relevado del cargo de la administración de la diócesis para que pudiera concentrarme en la cooperación con la Comisión Investigativa del Gobierno en los procedimientos de protección de menores en la diócesis, en calidad de obispo de Cloyne. Yo, por supuesto, seguirá estando disponible para la Comisión de Investigación en cualquier momento.
También espero sinceramente que el trabajo y las conclusiones de la Comisión de Investigación contribuyan de algún modo a aliviar la situación de los que fueron sometidos a abusos.
Acojo con satisfacción el hecho de que mi dimisión haya sido aceptada, y agradezco a los sacerdotes, religiosos y fieles de la diócesis su apoyo durante mi tiempo como obispo de Cloyne, y les aseguro para siempre un lugar en mis oraciones".
OP/CASO MURPHY:MAGEE/LOMBARDI VIS 20100325 (970)
"El trágico caso del padre Lawrence Murphy, un sacerdote de la archidiócesis de Milwaukee, afectó a víctimas particularmente indefensas que sufrieron terriblemente por lo que hizo. El padre Murphy, que abusó sexualmente de niños con problemas auditivos, violó la ley, y lo que es más importante, la confianza sagrada que sus víctimas habían depositado en él.
A mediados de la década de 1970, algunas de las víctimas del padre Murphy informaron del abuso a las autoridades civiles, que lo sometieron entonces a investigación; sin embargo, según informa la prensa, esa investigación se abandonó. La Congregación para la Doctrina de la Fe no fue informada de la cuestión hasta una veintena de años más tarde.
Se ha sugerido que en este caso existiría una relación entre la aplicación del "Crimen sollicitationis" y la ausencia de denuncias a las autoridades civiles de los abusos de niños. De hecho, no la hay. En efecto, contrariamente a algunas declaraciones que han circulado en la prensa, ni el Crimen ni el Código de Derecho Canónico han prohibido nunca la denuncia de los casos de abusos de niños a las autoridades de policía.
A finales de 1990, después de más de dos décadas desde que se denunciara el abuso a los responsables de la diócesis y a la policía, la Congregación para la Doctrina de la Fe abordó por primera vez la cuestión de cómo tratar el caso Murphy canónicamente. La Congregación fue informada del asunto porque se trataba de solicitaciones en el confesionario, que constituyen una violación del sacramento de la Penitencia. Es importante señalar que la cuestión canónica presentada a la Congregación no tenía relación con ningún procedimiento potencial civil o penal contra el padre Murphy.
En tales casos, el Código de Derecho Canónico no prevé sanciones automáticas, pero recomienda que se haga un juicio sin excluir incluso la mayor pena eclesiástica de expulsión del estado clerical (cf. Canon 1395, n. 2). Teniendo en cuenta que el padre Murphy era anciano y estaba mal de salud y que estaba viviendo en aislamiento y las denuncias de abuso no se habían notificado durante más de 20 años, la Congregación para la Doctrina de la Fe sugirió que el arzobispo de Milwaukee estudiara la posibilidad de abordar la situación, por ejemplo, restringiendo el ministerio público del padre Murphy, y exigiéndole que aceptara la plena responsabilidad de la gravedad de sus actos. El padre Murphy murió aproximadamente cuatro meses más tarde, sin más incidentes".
Asimismo, ayer 24 de marzo, el obispo John Magee, S.P.S., de Cloyne (Irlanda), emitió un comunicado tras el asenso del Santo Padre a su renuncia al gobierno pastoral de esa diócesis. Sigue el texto:
"El 9 de marzo de 2010 presenté mi renuncia como obispo de Cloyne al Santo Padre. Se me ha informado hoy de que ha sido aceptada y, ahora que me despido, quiero ofrecer una vez más mis más sinceras disculpas a cualquier persona que haya sufrido abusos por parte de cualquier sacerdote de la diócesis de Cloyne mientras yo fui obispo o en cualquier otro momento. Pido perdón y misericordia a aquellos a quienes he hecho daño en cualquier manera o que han sufrido a causa de cualquier omisión mía. Como dije el día de Nochebuena de 2008, tras la publicación del informe de la Junta Nacional para la Protección de los Niños en la Iglesia Católica en Irlanda, asumo toda la responsabilidad por las críticas a nuestra gestión de las cuestiones que figuran en ese informe.
El 7 de marzo de 2009, la Santa Sede nombró a monseñor Dermot Clifford administrador apostólico de la diócesis de Cloyne. Fue la respuesta a mi petición de ser relevado del cargo de la administración de la diócesis para que pudiera concentrarme en la cooperación con la Comisión Investigativa del Gobierno en los procedimientos de protección de menores en la diócesis, en calidad de obispo de Cloyne. Yo, por supuesto, seguirá estando disponible para la Comisión de Investigación en cualquier momento.
También espero sinceramente que el trabajo y las conclusiones de la Comisión de Investigación contribuyan de algún modo a aliviar la situación de los que fueron sometidos a abusos.
Acojo con satisfacción el hecho de que mi dimisión haya sido aceptada, y agradezco a los sacerdotes, religiosos y fieles de la diócesis su apoyo durante mi tiempo como obispo de Cloyne, y les aseguro para siempre un lugar en mis oraciones".
OP/CASO MURPHY:MAGEE/LOMBARDI VIS 20100325 (970)
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