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lunes, 9 de noviembre de 2009

IGLESIA POBRE Y LIBRE EN DIALOGO CON MUNDO CONTEMPORANEO


CIUDAD DEL VATICANO, 8 NOV 2009 (VIS).-Benedicto XVI llegó esta mañana a las 9,30 al aeropuerto Teniente Alfredo Fusco, en las cercanías de Brescia. El  Papa fue acogido por el obispo de esa diócesis, Luciano Monari, por el subsecretario de la Presidencia del Consejo de Ministros,Gianni Letta, representante del gobierno italiano y por diversas autoridades políticas, eclesiásticas  y civiles.

  Tras  la ceremonia de bienvenida el Papa se desplazó a la iglesia parroquial de  Santa María de la Asunción en Botticino Sera para venerar los restos mortales de San Arcángelo Tadini (1846-1912), párroco de esa localidad, canonizado el pasado 26 de abril. 

  Una vez llegado a Brescia, el pontífice pasó en papamóvil por Plaza de la Loggia, ante la lápida que recuerda el atentado terrorista del 28 de mayo de 1974 que causó 8 muertos y numerosos heridos. A las 10,15, el Santo Padre visitó la catedral bresciana, donde se detuvo unos instantes en el monumento dedicado a Pablo VI, veneró las reliquias de San Andrés y San Benito y rezó ante el Santísimo Sacramento.

  A las 10,30, en la cercana plaza dedicada a Pablo VI, abarrotada de fieles, presidió la Santa Misa y pronunció la homilía.

  El Papa manifestó en primer lugar su alegría por poder celebrar la Eucaristía "en el corazón de la diócesis de Brescia, donde nació y se formó el siervo de Dios Giovanni Batttista Montini, Papa Pablo VI, (...) que consagró toda su vida a la Iglesia".

  "La Iglesia es un organismo espiritual concreto -explicó-, que prolonga en el espacio y en el tiempo la oblación del Hijo de Dios; un sacrificio aparentemente insignificante respecto a la dimensión del mundo y de la historia, pero decisivo a los ojos de Dios. (...) La Iglesia que nace incesantemente de la Eucaristía, de la entrega de Jesús, es la continuación de este don, de esta abundancia que se manifiesta en la pobreza, del todo que se ofrece en el fragmento. Es el Cuerpo de Cristo que se entrega completamente, Cuerpo partido y compartido, en constante adhesión a la voluntad de su Cabeza".

  Citando el "Pensamiento en la muerte" de Pablo VI, Benedicto XVI subrayó la "visión de la Iglesia, pobre y libre" de su antecesor, y afirmó: "Así debe ser la Comunidad eclesial, para conseguir dialogar con la humanidad contemporánea. El encuentro y el diálogo de la Iglesia con la humanidad de nuestra época, interesaron siempre a Pablo VI en todas las estaciones de su vida".

  El Papa que clausuró el Concilio Vaticano II "dedicó todas sus energías al servicio de una Iglesia, lo más posible conforme a Su Señor Jesucristo, para que al encontrarla, el ser humano contemporáneo, le encontrase a Él, a Cristo, porque tiene una necesidad absoluta de Él", dijo Benedicto XVI, que se preguntó: "¿Cómo no ver que la cuestión de la Iglesia, de su necesidad  en el plan de la salvación y de su relación con el mundo, hoy sigue siendo absolutamente central? ¿Y que los procesos de secularización y globalización la han hecho todavía más radical  en confrontación con el olvido de Dios, por una parte y con las  religiones no cristianas, por otra?".

  El Santo Padre se refirió también al Año Sacerdotal, y en ese contexto  recordó a los sacerdotes presentes las palabras de Pablo VI en su encíclica "Sacerdotalis caelibatus": "La virginidad consagrada de los ministros sagrados manifiesta, en efecto, el amor virginal de Cristo por la Iglesia y la virginal y sobrenatural fecundidad de esta unión".

  "¡Que el fulgor de la belleza divina -concluyó- resplandezca en cada una de nuestras comunidades y que la Iglesia sea signo luminoso de esperanza para la humanidad del Tercer Milenio!".

  En el rezo del Ángelus, acabada la Misa, el Papa recordó que Pablo VI "puso su sacerdocio bajo la protección maternal de la Madre de Jesús y este lazo lo acompañó durante toda su vida".

  De ahí que durante el Concilio Vaticano II proclamase a María Santísima "Madre de la Iglesia, subrayando con aguda sensibilidad ecuménica que la devoción a María (...) es medio  esencialmente ordenado a orientar las almas a Cristo y así unirlas al Padre, en el amor del Espíritu Santo".
PV-ITALIA/MISA:ANGELUS/BRESCIA                    VIS 20091109 (700)



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