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miércoles, 26 de octubre de 2005

LOS CREYENTES, INVITADOS A VIVIR LOS FRUTOS DE LA REDENCION


CIUDAD DEL VATICANO, 26 OCT 2005 (VIS).-En la audiencia general de hoy, celebrada en la Plaza de San Pedro, y en la que participaron 50.000 personas, el Papa habló sobre el Cántico de la Carta a los Filipenses (2,6-11), "Cristo, Siervo de Dios".

Benedicto XVI explicó que este texto comprende "un doble movimiento". El primero subraya la "humillación de Cristo hasta su muerte en la Cruz". El segundo, dijo, "revela la gloria pascual de Cristo, que tras la muerte, se manifiesta nuevamente en el esplendor de su majestad divina".

El Padre "exalta" al Hijo y esta exaltación, continuó el Papa, "se expresa no solo por medio de la entronización a la derecha de Dios, sino también con un "nombre" que el Padre le confiere y que es el más excelso, el de "Señor", que pertenece a Dios mismo".

"Por una parte, la creación entera, como un súbdito a los pies de su amo, rinde homenaje a Jesucristo por su señorío universal; por otra, la aclamación de fe reconoce a Cristo su condición divina, presentándolo como digno de adoración".

"En este himno -continuó-, la referencia al escándalo de la Cruz (...) culmina con el evento de la resurrección. A la obediencia del sacrificio del Hijo responde la acción glorificadora del Padre, a la que se une la adoración de la humanidad y de la creación. (...) El proyecto de salvación se cumple plenamente en el Hijo y los creyentes están invitados, sobre todo en la liturgia, a proclamarlo y a vivir sus frutos".

"Tratemos de conformar -añadió el Papa improvisando- nuestro modo de pensar y de actuar con los sentimientos de Cristo; si seguimos este camino, si conformamos nuestro modo de pensar y de actuar al Señor, vivimos bien y tomamos el camino justo. La ternura de Dios es un gran consuelo para nosotros, pero también una gran responsabilidad cotidiana".

Al final de la audiencia, el Santo Padre saludó en modo especial a un numeroso grupo de niños de la "Città della Speranza" (Ciudad de la Esperanza) de Padua (Italia), nacida en 1994, con el doble objetivo de construir un nuevo reparto de Onco-hematología Pediátrica -inaugurado dos años más tarde- y sostener la investigación sobre la neoplasia infantil.

"Como hemos escuchado en la catequesis -dijo a los más pequeños-, la cruz de Cristo nos hace comprender el significado verdadero del sufrimiento y del dolor. Unios espiritualmente a Jesús crucificado y abandonaos con confianza en las manos de María, invocándola incesantemente con el Rosario".

Benedicto XVI concluyó recordando que está terminando el mes de octubre, mes dedicado al Santo Rosario. "Os invito a rezar con devoción esta oración tan querida por la tradición del pueblo cristiano. Recemos por las numerosas necesidades de la Iglesia y del mundo, especialmente por las poblaciones afectadas por el terremoto y por calamidades físicas y ambientales. ¡Que no disminuya nuestro apoyo espiritual y material por los que se hallan en dificultad!".
AG/CANTICO FILIPENSES/... VIS 20051026 (480)

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