Ciudad
del Vaticano, 5 febrero 2013
(VIS).-La Orquesta del Maggio Fiorentino, dirigida por el maestro
Zubin Mehta, interpretó ayer tarde en el Aula Pablo VI, un concierto
ofrecido al Papa por la embajada de Italia ante la Santa Sede con
motivo del 84 aniversario de los Pactos Lateranenses. El repertorio
estuvo compuesto por “La forza del destino” de Giuseppe Verdi y
la “Sinfonía n. 3 en mi bemol mayor op. 55, “Heroica”, de
Ludwig van Beethoven.
Al
final de la ejecución, Benedicto XVI dirigió a los presentes unas
breves palabras, comentando que la elección de “La forza del
destino” era “un homenaje al gran compositor italiano en el
doscientos aniversario de su nacimiento. Un compositor que en sus
obras llama siempre la atención por como sabe captar y trazar con
la música las situaciones de la vida, sobre todo los dramas del
ánimo humano, de una forma tan inmediata, incisiva y esencial, que
es rara encontrar en el panorama musical. El destino que impone a sus
personajes es siempre trágico y de él no escapan los protagonistas
de la sinfonía que acabamos de escuchar. Pero, a la hora de afrontar
el tema del destino, Verdi hace frente directamente al tema
religioso, se confronta con Dios, con la fe, con la Iglesia; y de
nuevo brota en el ánimo del compositor, su inquietud, su búsqueda
religiosa. En “La forza del destino” (...) se perfila el drama de
la existencia humana marcada por un destino trágico y por la
nostalgia de Dios, de su misericordia y de su amor que dan luz,
sentido y esperanza, incluso en medio de la oscuridad. La fe nos da
esta perspectiva que no es ilusoria, sino real (...) Esta es la
fuerza del cristiano, que nace de la muerte y resurrección de
Cristo, del acto supremo de un Dios que ha entrado en la historia del
ser humano no sólo con las palabras sino encarnándose”.
“Unas
palabras -agregó- sobre la Tercera Sinfonía de Beethoven ... que
como se sabe estaba dedicada a Napoleón; pero, el gran compositor
alemán cambió de idea después de que Bonaparte se proclamó
emperador y modificó el título en: 'compuesta para celebrar la
llegada de un gran Hombre'. Beethoven expresa con la música la idea
del héroe portador de libertad y de igualdad que debe elegir entre
la resignación o la lucha, entre la muerte o la vida, entre la
rendición o la victoria... No voy a analizar los cuatro tiempos de
la Sinfonía, me limito sólo al segundo, la célebre “Marcha
fúnebre” ... una impresionante meditación sobre la muerte ... que
invita a reflexionar sobre el más allá, sobre el infinito. En
aquellos años, Beethoven en el testamento de Heiligenstadt de
octubre de 1802 escribía: “Oh Dios, tu desde las alturas conoces
mi ser profundo, lo conoces y sabes que está lleno de amor por la
humanidad y por el deseo de hacer el bien”. La búsqueda de un
sentido que abra la puerta a una esperanza sólida para el futuro
forma parte del camino de la humanidad”.
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