CIUDAD DEL VATICANO, 15 JUN 2007 (VIS).-Benedicto XVI recibió hoy en el Vaticano a los obispos de la Conferencia Episcopal de Eslovaquia al final de su visita "ad Limina".
En su discurso, el Santo Padre dijo a los prelados que a través de ellos quería saludar "a todo el pueblo eslovaco, evangelizado por los santos Cirilo y Metodio, que en el siglo pasado sufrió persecuciones y penalidades por parte del régimen totalitario comunista" y recordó el fuerte ligamen con Eslovaquia de Juan Pablo II, que en 2003, durante su tercera visita a esa nación, eligió como lema "Fieles a Cristo, fieles a la Iglesia".
Un lema que sigue siendo, continuó, "un auténtico programa apostólico y misionero no sólo para la Iglesia en Eslovaquia sino para todo el Pueblo de Dios, que está sometido, en Europa especialmente, a una presión ideológica insistente que pretende que el cristianismo se reduzca a una dimensión puramente privada".
El Papa observó que desde el punto de vista religioso y cultural esa nación está entrando cada vez más "en la dinámica típica de otros países europeos de antigua tradición cristiana, fuertemente marcados en nuestra época por un vasto proceso de secularización" y que "después de salir del túnel de la persecución las comunidades cristianas que han conservado prácticas religiosas católicas antiguas y radicadas recorren ahora el camino de renovación promovido por el Concilio Vaticano II".
"Eslovaquia y Polonia, que en el este europeo son los dos países portadores de la herencia más rica de la tradición católica -prosiguió-, están ahora expuestos al peligro de que ese patrimonio, que el régimen comunista no consiguió destruir, se corroa merced a los fermentos característicos de las sociedades occidentales: el consumismo, el hedonismo, el laicismo, el relativismo etc...".
"Para responder a las nuevas exigencias pastorales -dijo Benedicto XVI a los obispos- estáis elaborando el Plan para la Pastoral y la Evangelización (...) para los años 2007 al 2013 (...) y os habéis propuesto reavivar y actualizar la acción evangelizadora" de San Cirilo y San Metodio, "teniendo como punto de partida (...) el redescubrimiento de las tradiciones y las raíces cristianas, vivas y profundas en vuestro pueblo".
"Se trata de una empresa pastoral que quiere abarcar todos los ámbitos de la sociedad, (...) prestando singular atención a las exigencias de los jóvenes y las familias. (...) La calidad de la formación escolar es fundamental para las nuevas generaciones y, en ese sentido, las escuelas católicas, que en Eslovaquia son numerosas, ofrecen una contribución inapreciable".
El Papa recordó que los obispos podían también contar con "el ministerio de numerosos sacerdotes jóvenes", y subrayó la importancia en la educación de "unir siempre la fe con la vida" en la formación de "una conciencia cristiana capaz de resistir a las lisonjas del consumismo".
También en Eslovaquia se empieza a sentir "la crisis del matrimonio y de la natalidad, en primer lugar por causas de carácter económico que llevan a los novios a retrasar el matrimonio". También se constata "una menor consideración social del valor del matrimonio, a la que se une la fragilidad de las nuevas generaciones, a menudo temerosas de asumir (...) compromisos para toda la vida".
En este sentido, el Santo Padre invitó a la Iglesia a "intensificar la oración y a continuar comprometiéndose con decisión para ayudar a las familias a afrontar los retos del presente", y se congratuló porque en Eslovaquia "está muy bien estructurada la pastoral de los sacramentos ligada a la de la familia".
Por último, Benedicto XVI elogió el "abundante florecimiento de vocaciones al sacerdocio y la vida consagrada" a partir de 1990, recordando que desde entonces "al único seminario que permaneció abierto durante la dictadura se han añadido cinco más".
AL/.../ESLOVAQUIA VIS 20070615 (620)
En su discurso, el Santo Padre dijo a los prelados que a través de ellos quería saludar "a todo el pueblo eslovaco, evangelizado por los santos Cirilo y Metodio, que en el siglo pasado sufrió persecuciones y penalidades por parte del régimen totalitario comunista" y recordó el fuerte ligamen con Eslovaquia de Juan Pablo II, que en 2003, durante su tercera visita a esa nación, eligió como lema "Fieles a Cristo, fieles a la Iglesia".
Un lema que sigue siendo, continuó, "un auténtico programa apostólico y misionero no sólo para la Iglesia en Eslovaquia sino para todo el Pueblo de Dios, que está sometido, en Europa especialmente, a una presión ideológica insistente que pretende que el cristianismo se reduzca a una dimensión puramente privada".
El Papa observó que desde el punto de vista religioso y cultural esa nación está entrando cada vez más "en la dinámica típica de otros países europeos de antigua tradición cristiana, fuertemente marcados en nuestra época por un vasto proceso de secularización" y que "después de salir del túnel de la persecución las comunidades cristianas que han conservado prácticas religiosas católicas antiguas y radicadas recorren ahora el camino de renovación promovido por el Concilio Vaticano II".
"Eslovaquia y Polonia, que en el este europeo son los dos países portadores de la herencia más rica de la tradición católica -prosiguió-, están ahora expuestos al peligro de que ese patrimonio, que el régimen comunista no consiguió destruir, se corroa merced a los fermentos característicos de las sociedades occidentales: el consumismo, el hedonismo, el laicismo, el relativismo etc...".
"Para responder a las nuevas exigencias pastorales -dijo Benedicto XVI a los obispos- estáis elaborando el Plan para la Pastoral y la Evangelización (...) para los años 2007 al 2013 (...) y os habéis propuesto reavivar y actualizar la acción evangelizadora" de San Cirilo y San Metodio, "teniendo como punto de partida (...) el redescubrimiento de las tradiciones y las raíces cristianas, vivas y profundas en vuestro pueblo".
"Se trata de una empresa pastoral que quiere abarcar todos los ámbitos de la sociedad, (...) prestando singular atención a las exigencias de los jóvenes y las familias. (...) La calidad de la formación escolar es fundamental para las nuevas generaciones y, en ese sentido, las escuelas católicas, que en Eslovaquia son numerosas, ofrecen una contribución inapreciable".
El Papa recordó que los obispos podían también contar con "el ministerio de numerosos sacerdotes jóvenes", y subrayó la importancia en la educación de "unir siempre la fe con la vida" en la formación de "una conciencia cristiana capaz de resistir a las lisonjas del consumismo".
También en Eslovaquia se empieza a sentir "la crisis del matrimonio y de la natalidad, en primer lugar por causas de carácter económico que llevan a los novios a retrasar el matrimonio". También se constata "una menor consideración social del valor del matrimonio, a la que se une la fragilidad de las nuevas generaciones, a menudo temerosas de asumir (...) compromisos para toda la vida".
En este sentido, el Santo Padre invitó a la Iglesia a "intensificar la oración y a continuar comprometiéndose con decisión para ayudar a las familias a afrontar los retos del presente", y se congratuló porque en Eslovaquia "está muy bien estructurada la pastoral de los sacramentos ligada a la de la familia".
Por último, Benedicto XVI elogió el "abundante florecimiento de vocaciones al sacerdocio y la vida consagrada" a partir de 1990, recordando que desde entonces "al único seminario que permaneció abierto durante la dictadura se han añadido cinco más".
AL/.../ESLOVAQUIA VIS 20070615 (620)
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