Ciudad
del Vaticano, 5 de febrero 2012 (VIS).-El arzobispo Rino Fisichella,
Presidente del Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización, ha
presentado esta mañana en la Oficina de Prensa de la Santa Sede la
exposición “El Camino de Pedro" (Castel Sant’Angelo, 6
febrero - 1° mayo 2013) que será inaugurada mañana, a las 18,00
por el cardenal Tarcisio Bertone, Secretario de Estado. También han
intervenido en la presentación el reverendo Alessio Geretti,
comisario de la muestra y Daniela Porro, Superintendente del Polo de
Museos Romanos. En la exposición que se coloca en el marco de las
iniciativas del Año de la Fe, han colaborado nueve países con obras
de arte que van desde los siglos IV y V hasta los umbrales del siglo
XX.
“Es
bueno explicar, en primer lugar el porqué de esta exposición -ha
dicho el arzobispo- La fe no es sólo un compromiso de los creyentes.
Expresa la necesidad del hombre de mirar dentro de sí para captar
el deseo de Dios grabado en el corazón de cada persona. El momento
cultural en el que vivimos está fuertemente caracterizado por
movimientos contradictorios. Por un lado, parece que hay una
sensación general de cansancio e indiferencia, que también afecta
a la fe. Como si ésta se limitara a un grupo minoritario de personas
(...) y ya no tuviese ningún atractivo para los más jóvenes. Por
otro, hay un entusiasmo excesivo hacia el progreso científico y las
nuevas formas de vida, como si fueran la solución de los graves
problemas actuales. No raramente, en este caso, se llega a sostener
que es bueno reducir el espacio de la fe a los límites de lo
privado y sin que tenga ningún efecto social o cultural. Sin
embargo, es fácil comprobar que al mismo tiempo no deja de crecer el
deseo de disfrutar de la belleza de la naturaleza y las obras de arte
(...) Hoy en día, afortunadamente, todavía se busca algo más
importante y más profundo, porque la mente se mueve por el deseo de
conocer y admirar (...) por ir en busca de una contemplación de la
belleza que no puede ser efímera porque ha creado cultura y se
prolonga a través de los siglos suscitando siempre estupor y
maravilla por el genio del artista y por lo que éste ha sido capaz
de crear movido por su fe y su capacidad interpretativa”.
“Precisamente
para reforzar este deseo y para hacernos eco de la nostalgia de Dios,
a menudo latente en muchas personas -ha proseguido el prelado- hemos
decidido organizar esta exposición como un viaje a través de los
siglos para conocer a uno de los personajes que siempre ha interesado
a los artistas que han intentado comprender su misterio y darle voz.
Queríamos narrar "El camino de Pedro" en el arte (...)
Pedro es una imagen de la humanidad que busca y encuentra; por
desgracia, también es débil y traiciona y, sin embargo, sabe pedir
perdón . Movido por el amor, por una experiencia única y
arrolladora, lo dejan todo para proclamar al mundo el misterio de la
resurrección de Cristo. Un verdadero viaje de la fe, sin tregua, y
que los artistas han sabido captar en muchas obras que atestiguan su
belleza”.
“Esta
exposición es un camino para crecer en la fe, pero también es un
reto para darse cuenta de la necesidad de creer como una respuesta
al interrogante del sentido que la vida plantea. Ante la obra de
arte, creyentes y no creyentes, tienen diferentes reacciones, pero la
belleza expresada llama a unos y otros a escuchar un mensaje que
puede percibirse en el silencio de la contemplación (...) Esta es
una de las razones por las que hemos pensado que la muestra no debía
estar en un lugar caracterizado religiosamente, sino en un espacio
abierto al que todos pudieran acceder sin prejuicios, movidos sólo
por el interés del arte. El verdadero arte, por otra parte, sabe
cómo desafiar y no se debe recalcar con demasiadas palabras, para
evitar el riesgo de banalizar su mensaje”.
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